¿Podemos entender que la damnatio memoriae
es una contramarca?
De alguna forma sí, no deja de ser una manipulación hecha con posterioridad a
la acuñación, en la que se utilizan o punzones lisos
o simplemente gubias para borrar la leyenda o incluso un busto, pero realmente es un fenómeno
distinto. Con esta expresión latina conocemos la decisión del poder político o religioso de
la época, de condenar al olvido oficial y a la execración a algún personaje,
lo que conducía a la destrucción de sus estatuas y al borrado de su nombre en
monumentos y monedas. Veamos cuatro interesantes ejemplos
sobre el tema.
El as de Bilbilis de Tiberio (ver
moneda nº 1) tiene borrado el nombre de L. AELIO SEIANO, pero el bronce de Domiciano (nº
2) no solo tiene borrado el nombre, sino incluso la efigie del emperador. Los ejemplos nº
3 y nº 4
muestran dos monedas provinciales de Septimio Severo que se acuñaron a nombre de Caracalla y Geta,
a principios del siglo III d.C. Curiosamente en una de ellas está
borrado el busto de Caracalla (nº 3) y en la otra el de Geta (nº 4). Supongo que fue
un simple error, quien realmente debían borrar por haber sufrido damnatio memoriae era el joven Geta.
|
|
Ejemplo nº 1 |
|
As provincial romano de Tiberio. Moneda de
bronce de 13,59 g acuñada en Bilbilis (Hispania Tarraconensis) en el año 31 d.C. Parte de la leyenda del reverso
-la correspondiente a AELIO SEIANO- ha sido borrada con varias marcas rectangulares
(el metal fue arrancado a golpes de gubia),
lo que constituye el único ejemplo de damnatio memoriae en la
amonedación hispanorromana. |
Imagen: Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 2 |
|
Bronce provincial romano acuñado en Kibyra (Phrygia) en tiempos de Domiciano, entre los años 93-96 d.C.
La damnatio memoriae que ha sufrido, no solo las leyendas sino también el
busto del emperador, es cuidadosa y el resultado es evidente. Su esposa Domicia no sufrió damnatio por lo que
su efigie permanece inalterada. |
Imagen: F. R. Künker |
|
|
Ejemplo nº 3 |
|
Bronce provincial romano con
varias
contramarcas. Moneda acuñada en Stratoniceia (Caria) en tiempos de Septimio Severo, entre los años 197-211 d.C., en
honor a sus hijos Caracalla y Geta. Los signos de manipulación para borrar el busto de la izquierda
son debidos a la damnatio memoriae
de Geta. Pero por algún capricho del destino el busto borrado fue el de su
hermano mayor, el de su asesino Caracalla. Aunque ciertamente Caracalla lo
merecía... ¡Tal vez no fuera un simple error! |
Imagen: Stack´s |
|
|
Ejemplo nº 4 |
|
Bronce provincial romano (19,47 g /
35 mm) similar al descrito anteriormente. Pero esta vez sí, en esta moneda el busto borrado es el de la
derecha, el más joven, es decir el del infortunado Geta. |
Imagen:
Ira & Larry Goldberg |
|
En las monedas antiguas es frecuente
ver marcas o "punzonadas" sobre las monedas de plata, estas eran realizadas por los cambistas
(nummulari, banqueros) o por los propios usuarios para averiguar su composición, intentando descubrir si las monedas
eran falsas (forradas).
El sofisticado método de fabricación y el buen arte de muchas de las piezas
forradas (falsas) constituyeron sin duda un problema para las autoridades de la
época, quienes a pesar de imponer severas penas a los falsificadores,
necesitaron del control ejercido mediante estas marcas de prueba, también
llamadas marcas de banquero. (Cosa que no siempre lograron, ver: "Las monedas forradas en la Antigüedad").
La variedad de estas marcas de banquero es enorme, sin mayor significación aparente que la indicada, la realidad es que hoy en día permanecen en su gran
mayoría indescifradas. A modo de ejemplo se muestran las marcas aparecidas en el
tesorillo de Linares, un conjunto de denarios republicanos del siglo
I a.C. en el que aparecen el 36% de las piezas marcadas con uno o varios de estos signos.

A continuación se muestran cinco ejemplos de estas marcas de prueba: estatera griega (ver
moneda nº 5), karshapana de la
antigua India (nº 6), estatera persa (nº 7) y dos denarios republicanos romanos (números 8 y
9).
 |
 |
 |
 |
 |
- 5 - |
- 6 - |
- 7 - |
- 8 - |
- 9 - |
|
|
Ejemplo nº 5 |
|
Estatera de Aegina. Moneda de 11,8
g, 14-19 mm y 4-7 mm de espesor, acuñada en
dicha isla griega entre los años 510 y 480 a.C. El anverso presenta una clara marca
de prueba circular. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 6 |
|
Karshapana de Magadha. Moneda de plata rectangular de 20 x 14 mm y 3,4 g acuñada entre
los años 445 y 413 a.C. en antiguo reino de Magadha del norte de la India. En el
reverso se aprecian varias marcas de prueba. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 7 |
|
Estatera de Cilicia. Moneda de plata de 22 mm y 10,9 g acuñada entre los años 333-323
a.C. en Tarsos (Cilicia), en tiempos del sátrapa persa Balakros. Desde luego la profunda marca de prueba del anverso demostró que
era una moneda auténtica. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 8 |
|
Denario romano republicano. Moneda de plata de 3,5 g acuñada en Roma
sobre el 46 a.C. por el magistrado Titus
Carisius, monetario de Julio César. El anverso
presenta dos claras marcas de banquero semicirculares. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 9 |
|
Denario romano republicano. Moneda de plata de 3,54 g acuñada en Éfeso durante la primavera-verano del
año 41 a.C., mostrando los bustos de los triunviros más influyentes: Marco
Antonio y Octavio. La marca de banquero del anverso es tan profunda que casi atraviesa la moneda. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
A menudo vemos monedas antiguas con grafitos, esto es, con letras o dibujos grabados de forma más o menos tosca y superficial, aunque en ocasiones su
grabado es más profundo y cuidadoso por lo que se identifican como contramarcas. Es estas marcas que se hacían en la antigüedad se supone
que eran efectuadas
por el propio propietario de la moneda (o por algún banquero / cambista), poniendo las iniciales de su propio nombre o algún símbolo con el que se sintiera
identificado.
Los contorniatos son posiblemente el tipo de moneda en la que encontramos
grafitos con más frecuencia. Tal vez su alto valor simbólico inducía a sus
propietarios a marcarlos, lo cierto es que un notable porcentaje de ellos presentan símbolos o letras artesanalmente grabados. Ver artículo:
"Los contorniatos: características, función e importancia" de Darío N. Sánchez.
|
|
Ejemplo nº 10 |
|
Signos ibéricos a.r.ta.u / ba.l sobre el reverso de una unidad de Untikesken (Hispania Citerior, segunda mitad del siglo II a.C.). Grafito
que ocupa prácticamente
todo el reverso. Su significado es desconocido, si bien fue descrito por Guadán
(1960: 105) como una posible tésera, al entender que la segunda línea podría ser
un nombre propio. |
Imagen: Subasta de X. & F. Calicó. Barcelona, junio de 1979 |
|
|
Ejemplo nº 11 |
|
Grafito en forma de pez
(?) que aparece dibujado sobre el anverso de un as augústeo de Bilbilis (Hispania Tarraconense, 2 a.C. - 14 d.C.). |
Imagen:
www.ebay.es |
|
|
Ejemplo nº 12 |
|
Tres contorniatos acuñados en Roma (siglos IV-V d.C.) a nombre de Trajano, que nos
muestran distintos grafitos en sus anversos.
|
Imagen: Hirsch Jacob (1913), lotes 1539, 1541 y 1542 |
|
Las reacuñaciones son relativamente frecuentes en la amonedación del mundo
antiguo, habiendo en general un cierto componente de propaganda, de afirmación
del nuevo emisor. En algunos casos simplemente se aprovechaba en material existente de
emisiones anteriores muy gastadas o se reutilizaban monedas foráneas, pero en otros era un verdadero fraude al
acuñarse monedas de mayor valor del que tenía la moneda utilizada como cospel.
En ocasiones la reacuñación se realizaba con un cuño mucho más pequeño, o si se prefiere con una contramarca grande, ya que ambos
fenómenos -reacuñación y contramarcado- tienen el mismo objetivo de conseguir
moneda propia. La escasez del numerario
circulante, propiciada por épocas de inestabilidad o guerras y la necesidad de abastecer a la tropa, fueron las causas fundamentales de estas prácticas.
Tal vez el caso más curioso sea el sucedido en Judea a principios
del siglo II d.C. En esta provincia romana, durante la rebelión de Bar Kochba,
se emitieron monedas de plata y bronce con leyendas en hebreo y símbolos judíos,
reacuñando sus motivos siempre sobre el numerario romano circulante en la zona.
Veamos algunos ilustrativos ejemplos:
|
 |
 |
 |
 |
- 13 - |
- 14 - |
- 15 - |
- 16 - |
|
|
Ejemplo nº 13 |
|
As de Castulo reacuñado sobre una
moneda de Obulco (Hispania Ulterior, finales del siglo II a.C.). |
Imagen nº 1507 del libro: "Las monedas hispánicas del Instituto de Valencia de Don Juan" |
|
|
Ejemplo nº 14 |
|
Unidad de Acinipo reacuñada sobre
una moneda de Obulco (Hispania Ulterior, siglo I a.C.). Destaca el hecho de que
el cuño de la moneda de Acinipo es de bastante menor tamaño que la moneda
utilizada como cospel de Obulco. |
Imagen: Archivo Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 15 |
|
As provincial de Colonia Patricia (Hispania Baetica) de 7,87 g y 25 mm, reacuñado
en tiempos de Augusto (c. 12 a.C.) sobre otro as de Augusto de Colonia Iulia Traducta. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 16 |
|
Zuz de la Segunda Revuelta Judía (Jerusalén, 134-135 d.C.) reacuñado
sobre un denario de Vespasiano (3,3 g y 18-19 mm). En el anverso se ven algunas letras de la antigua leyenda, y en el reverso parte de la cabeza del emperador.
Durante la rebelión de Bar Kochba, las monedas judías se reacuñaron sobre el numerario romano, esto es, sobre sestercios, tetradracmas, denarios o dracmas. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
 |
 |
 |
 |
- 17 - |
- 18 - |
- 19 - |
- 20 - |
|
|
Ejemplo nº 17 |
|
Antoniniano de Hostiliano (250-251 d.C.) de 2,6 g, reacuñado sobre un denario de Geta (209-211 d.C.)
Al final del reinado de T. Decio y principios del de T. Galo esta práctica de
reacuñar antoninianos sobre anteriores denarios es algo conocido y descrito en
diferentes tesorillos como por ejemplo el de Eauze. Ciertamente era un práctica
rentable, al acuñar antoninianos sobre anteriores denarios ¡estaban doblando el
valor de la moneda! |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 18 |
|
Sestercio "bárbaro" (21,30 g / 30-33 mm),
emitido seguramente en Las Galias o tal vez en Britannia, por pueblos inciertos
/ desconocidos, durante el último tercio del siglo III d.C.. Moneda de bronce reacuñada sobre un sestercio de
Faustina (c. 147 d.C.), imitando las emisiones de Póstumo. |
Imagen: Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 19 |
|
Follis de Licinio I (2,65 g / 20-21 mm) reacuñado, posiblemente en la ceca de Roma (ver RIC VI 323c), entre los años 312 y 313, sobre un follis de Constantino I del tipo MARTI CONSERVATORI. |
Imagen: Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 20 |
|
Follis de imitación hispánica de las
emisiones de Arelate de Constantino I (3,22 g / 18-19 mm). Moneda de bronce reacuñada a mediados del siglo IV d.C., sobre una anterior del
tipo IOVI CONSERVATORI, también de Constantino I. |
Imagen: Tesorillo.com |
|
 |
 |
 |
 |
- 21 - |
- 22 - |
- 23 - |
- 24 - |
|
|
Ejemplo nº 21 |
|
Felús de los gobernadores Omeyas de al-Ándalus
(711-756 d.C.) de 2,58 g y 19 mm, reacuñado sobre un follis de Maximiano (285-305 d.C.).
Más de 400 años transcurrieron entre acuñación y reacuñación. Puede parecer todo un
record, pero algunas de las monedas siguientes lo supera ampliamente.
|
Imagen: Colección Tonegawa |
|
|
Ejemplo nº 22 |
|
Felús de los gobernadores Omeyas de al-Ándalus
(711-756 d.C.) reacuñado sobre un centenional de Teodosio I (379-395 d.C.).
|
Imagen: Facebook - Grupo Numismática Antigua |
|
|
Ejemplo nº 23 |
|
Follis bizantino de clase "B". Moneda anónima de bronce de 27-31 mm y 12,21 g, acuñada entre los años 1028-1034 en
ceca indeterminada y atribuida al reinado de Romanus III Argyrus. Esta moneda fue reacuñada sobre un follis anterior, seguramente de la clase A2. |
Imagen: Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 24 |
|
Sou (sueldo) de Carlos II (Ibiza, 1665-1700)
de 3,02 g y 20 mm, reacuñado sobre un follis de Constantino I (320-324 d.C.). M. Ibáñez Artica indica en su blog
que: "El gobernador de la isla, Juan de Bayarte, informa en 1690 que de las
cinco emisiones realizadas, una se ha hecho utilizando como cospeles monedas de
Constantino encontradas en un campo".
Ver artículo:
"Follis de Constantino I (s. IV d.C.) reacuñado y reutilizado como moneda en el siglo XVII". |
Imagen:
Numisarchives.blogspot |
|
La cantidad de manipulaciones hechas a las monedas antiguas y por
lo tanto la variedad de marcas que presentan es enorme. Podemos ver marcas de agujeros sin
finalizar, de particiones sin completar, de ajustes de peso y de un largo etcétera
de situaciones. Veamos simplemente
un dracma de Arse (moneda nº 25) a modo de ejemplo. Para más información,
ver: "Daños después de la acuñación I -
II".
La moneda nº 26 representa un caso excepcional. Se trata de un as hispanorromano de
Tiberio (Emerita / Hispania Baetica),
que a finales del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX, fue utilizado para
efectuar una prueba de punzón de 8 reales en forma de león rampante coronado (incuso).
Los casi 1900 años que hay entre acuñación y marca deben de constituir todo un
record. Ver artículo: "Una
moneda singular: ¿Cuántos siglos separan al emperador de su león rampante?"
Veamos otras curiosas marcas en monedas antiguas: un sestercio de Nerva
y un áureo de Domiciano (ver nº
27), ambas monedas fueron reselladas muchos siglos
después, durante el siglo XVII.
A partir del siglo XV los duques de Gonzaga, una adinerada familia de Mantua
(Italia), fueron formando una impresionante colección de numismática antigua y
a principios del siglo XVII (o tal vez finales del XVI) se les ocurrió la peregrina idea de marcar sus monedas con
el símbolo de su familia: un águila con incrustaciones de plata para las monedas
de bronce u oro, y con incrustaciones de oro para las de plata. Ciertamente pedigrí sí que
aportaron a las monedas, pero no deja de ser un daño innecesario.
|
|
Ejemplo nº 25 |
|
Dracma de Arse (3,03 g) acuñado
entre los siglos IV - III a.C., en la que se observa un fuerte golpe de cizalla u
otra herramienta producido en un intento de partición de la moneda que
finalmente no fue llevado a cabo. |
Imagen: Jesús Vico |
|
|
Ejemplo nº 26 |
|
As hispanorromano de Emerita (11,28
g / 26-27 mm), acuñado en tiempos de Tiberio (14-37 d.C.), con una prueba de
punzón en forma de león rampante coronado hacia la derecha, aplicada
posiblemente en Sevilla durante el año 1809, en tiempos de Fernando VII. Es
decir, casi 1900 años después de haber sido emitida la moneda. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
|
Ejemplo nº 27 |
|
Sestercio de Nerva y
áureo de Domiciano contramarcados por el propio coleccionista durante el siglo
XVII. Las piezas de oro no suelen encontrase reselladas pero este caso es
especial. También las contramarcas son especiales, puede observarse que el
resello de las monedas de bronce tienen un baño de plata.
A principios del
siglo XVII (o tal vez finales del XVI), los duques de Gonzaga, una adinerada
familia de Mantua (Italia), marcaron las monedas antiguas de su colección
con el símbolo de su familia, con una pequeña águila decorada. Al menos fueron
cuidadosos y aplicaron esa especie de contramarcas en partes del campo que no dañaban los
diseños. |
Imágenes:
Classical Numismatic Group y
Triskeles Auctions |
|
Desafortunadamente, siempre es necesario tener en cuenta el tema de las
falsificaciones y las marcas y contramarcas no son ajenas a ellas.
Cierto es que -en general- al no ser las monedas contramarcadas muy
apreciadas por el coleccionista, bien por su habitual mal estado o bien
porque la contramarca se considera más bien un defecto, este tipo de monedas (al igual
que ocurre con las monedas forradas) no es habitual objetivo de los
falsarios. Sin embargo, como era de esperar, hay que andarse con cuidado ya que haberlas, haylas.
Veamos dos ingeniosos ejemplos de monedas forradas en el mundo antiguo (números 28 y 29) y
cinco modernas falsificaciones de contramarcas (30a, 30b, 30c, 30d y 31). Más información
sobre las falsificaciones puede verse en: "¡Ojo con las falsificaciones!".
|
|
Ejemplo nº 28 |
|
La moneda de la izquierda es un
tetradracma forrado de Atenas (Ática, siglo V a.C.) de 13,7 g., que presenta un
profundo corte de prueba en el reverso, y sorprendentemente, no se atisba rastro
alguno del cobre que forma el núcleo de la moneda. Esto significa que los
falsificadores fabricaron la moneda con dicho corte de prueba incluido,
plateándolo cuidadosamente para que el engaño fuera efectivo. ¿Increíble,
verdad?
|
Imagen: Athenianowlcoins.reidgold.com |
|
|
Ejemplo nº 29 |
|
Siglos forrado de Byzantion (Tracia, 416-357 a.C.), de 17 mm y 4,1 g.
que presenta una profunda marca de control en la que -pese a ser forrado- no asoma el
cobre.
Esta moneda es forrada, sin duda alguna, el cobre
se ve en el anverso y su peso debería ser superior a los 5 g, pero la marca de
prueba muestra plata y solo plata, no presenta rastro alguno de cobre. ¿Cómo explicarlo? ¿Estaba dicha marca de prueba grabada de antemano en el cuño?
O tal vez, ¿se acuñó la moneda en cobre para después ser marcada y por último plateada? Ciertamente no lo sé, pero la dificultad de hacer fluir la plata
dentro de esta marca tan estrecha y profunda (en el caso de haber sido grabada en el cuño), no me permite descartar la segunda opción.
Lo que está claro es que nadie iba a rechazar una moneda con una prueba tan contundente.
¡Ciertamente los antiguos falsarios eran imaginativos!. |
Imagen:
Tesorillo.com |
|
 |
 |
 |
 |
- 30b - |
- 30c - |
- 30d - |
- 31 - |
|
|
Ejemplo nº 30a |
|
As de Claudio de imitación hispánica
(Hispania, mediados del siglo I d.C.)
al que se le han grabado fraudulentamente las letras ke.s.e
(en caracteres ibéricos) para simular una contramarca, lo cual es algo
increíble, puesto que una moneda del siglo I d.C. raramente presentar unos caracteres ibéricos que son propios de
los siglos anteriores. Los actuales falsarios son más burdos, pero alguien picó en el anzuelo. Esta pieza
nº 30a se vendió en eBay (España) en octubre de 2015.
|
Imagen: www.ebay.es |
|
|
Ejemplos nº 30b y 30c |
|
Ver dos ejemplos más de
contramarcas falsas ofrecidas en eBay.es (2017).
|
Imágenes:
www.ebay.es |
|
|
Ejemplo nº 30d |
|
Una curiosa falsificación del
siglo XIX.
|
Imágenes:
www.aureo.com |
|
|
Ejemplo nº 31 |
|
Entre los siglos V y VI los ostrogodos
(o tal vez los vándalos) grabaron toscamente
el numeral XLII sobre las antiguas monedas de bronce romanas para que circularan con el
valor de 42 nummi, pero es evidente que esta moneda de Antonio Pío no es ese
caso. En esta ocasión alguien (en nuestros días) intentó convertir una moneda de
escasos 10-12 euros en otra de 150-200 simplemente añadiendo esa falsa contramarca. |
Imagen:
www.romancoins.info |
|
|