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Las emisiones feno-púnicas y libiofenicias |
Amonedaciones en el sur de la
Península Ibérica e islas Baleares,
entre finales del siglo IV a.C. y mediados del I a.C.
Generalidades | Metrología | Iconografía | Cecas y otros aspectos |
Generalidades
Las cecas que utilizaron los alfabetos fenicio-púnicos se corresponden con una serie de antiguos emplazamientos fenicios y cartagineses que tras la II Guerra Púnica y durante gran parte de la dominación romana, continuaron utilizando su alfabeto y sus símbolos. Tan solo al final de su existencia, algunas de ellas utilizaron leyendas latinas, siendo lo más frecuente las acuñaciones bilingües. Las primeras emisiones feno-púnicas se realizaron en Ebusus (durante el s. IV a.C) y Gadir (alrededor del 300-237 a.C.). Durante la presencia bárquida (II Guerra Púnica) hay una etapa de esplendor (237-202 a.C.), con las denominadas acuñaciones hispano-cartaginesas, en la que se incorporan Malaca, Sexs, Qart Hadasht y Baria. Por último, puede establecerse un tercer período hasta mediados del siglo I a.C. en el que aparecen el resto de las cecas. Durante los aproximadamente tres siglos de emisiones de ascendencia feno-púnica en el sur peninsular y en Ibiza, se acuña raramente en oro, con frecuencia piezas de plata (shekel) y sobre todo, abundantes y muy diversos bronces. El término "púnico" no es más que la castellanización de la palabra latina "poeni", que es como designaban los romanos a los cartagineses. Con el término "libiofenicias" se designa a una serie de cecas neopúnicas dado el carácter especial de sus leyendas, que también se han denominado con otros nombres como: bastulo-fenicias, tartesias o neo-arameas. Generalmente se piensa que eran asentamientos establecidos por alguna población norteafricana, de religión semita, que se desplazó a la península antes de la II Guerra Púnica. |
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Metrología y denominaciones
Las acuñaciones en oro sólo tienen lugar durante el siglo III a.C., durante la presencia bárquida y el desarrollo de la Segunda Guerra Púnica en la península. Se siguió el patrón shekel-didracma fenicio de 7,60 g y se emitieron un par de escasas series de unidades (shekel de oro, llamados a veces estateras hispano-cartaginesas) y cuartos. El shekel de oro equivalía a 12 shekels de plata. Las acuñaciones en plata son del mismo periodo de la presencia bárquida en la península (237-202 a.C.). Se siguió un patrón algo más reducido que en el oro, con un shekel (siclo hispano-cartaginés) de unos 7,20 g, que a lo largo del siglo fue reduciendo el peso hasta equipararse al quadrigatus romano de 6,80 g e incluso algo más, hasta llegar a los 6 g. El shekel de plata equivalía a 100 calcos o unidades de bronce de 8-11 g, sus múltiplos y divisores fueron:
Gadir, Ebusus y tal vez Malaca acuñaron moneda de tipología púnica en plata durante este periodo, si bien sus pesos parecen no seguir el patrón cartaginés indicado. Gadir y Malaca utilizan más bien el patrón emporitano de 4,80 g por unidad, mientras que Ebusus acuña monedas aún más pequeñas de 2,5 y 1,65 g. Las primeras acuñaciones en bronce de los siglos IV y III a.C. siguen el patrón ponderal usado por los cartagineses en Sicilia de 8-9 g (normalmente denominados calcos), que a finales del s. III a.C. pasa a ser de 10-11 g. Inicialmente, Gadir acuña bronces de 4,5 g (mitad de calco), 2 g (cuarto) y de 1 g (octavo); Ebusus comienza emitiendo bronces de 2,6 g (cuarto de calco), de 1,3 g (octavo) y de 0,56 g (1/16); Malaca emite al principio bronces de 2,33 g (cuarto de calco), de 1,62 g (sexto); Sexs comienza emitiendo bronces de 19,9-18,4 g (duplo o dicalco), de 4,75 g (mitad) y de 1,79 g (cuarto); Baria comienza emitiendo en el sistema de 10/11 g bronces de 20 g (duplo o dicalco) y mitades de 5,50 g. Las acuñaciones de los cartagineses en la península (237-202 a.C.) también siguen estos patrones con unidades, mitades y cuartos. Las acuñaciones púnicas en bronce bajo la órbita romana, es decir del siglo II a.C. al I d.C., varían grandemente en el tiempo. En la primera mitad del siglo II a.C. se mantiene el sistema cartaginés de 10-11 g para la unidad o calco, acuñando Gadir cuatro denominaciones (unidad, mitad, cuarto y octavo), Ebusus dos (cuarto y octavo), Malaca sólo la unidad, Sexs tres (unidad, mitad y cuarto) e Ituci dos (unidad y mitad), si bien existen acuñaciones que se asocian al sistema romano como las de Ituci de unos 31 g y las de Sexs de 14 g. En la segunda mitad del siglo II a.C. se adopta el sistema romano uncial reducido (Lascuta, Asido, Vesci y Turrirecina presentan emisiones entre 16 y 20 g) y a finales del mismo siglo, el sistema uncial en Gadir, Sexs y Abdera con unidades de 14-15 g. Durante el siglo I a.C. las monedas de casi todas las cecas sufren una reducción en sus pesos que alcanza los 7-8 g y que podría coincidir con la mitad del sistema semuncial romano establecido en el 91 a.C. y posiblemente se denominaran ya semis, cuadrantes y sextantes, al ir adoptando paulatinamente la metrología romana. |
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Iconografía y divinidades
Se suelen representar las tres divinidades máximas del panteón feno-púnico: Baal-Hammon (Asido, Vesci e Iptuci), Tanit (Turirrecina, Sexs e hispano-cartaginesas) y Melkart (Gadir, Sexs, Abdera, Lacuta e hispano-cartaginesas). Algunas divinidades feno-púnicas menores son también ampliamente representadas: Bes (Ebusus), Ptah-Hefaistos (Malaca) y Eshmun (hispano-cartaginesas). Atunes, delfines, caballos, elefantes, toros, palmeras y espigas son los símbolos principales. Crecientes, glóbulos y estrellas, son algunos de los símbolos secundarios. Los bustos de la familia bárquida (Amílcar, Aníbal y Asdrúbal) se han querido ver en las acuñaciones hispano-cartaginesas, siendo en todo caso los primeros bustos no religiosos representados en la Península Ibérica. |
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Cecas, epigrafía, emisiones militares y reacuñaciones
Alrededor de 25 cecas feno-púnicas, entre las que se encuentran algunas de ubicación incierta, acuñaron entre finales del siglo IV a.C. y mediados del I a.C. en la Península Ibérica y en la isla de Ibiza. Para más información, ver las páginas de: Cecas feno-púnicas, neopúnicas y libiofenicias. La escritura feno-púnica, tiene su versión fenicia (la más antigua) en Gadir y su versión púnica en las colonias de Ebusus, Malaca, Sexi, Adbera, Ituci, Olontigi, Nabrissa, Abla y Tagilit. Pero la constante entrada de gentes norteafricanas y la propia degeneración del alfabeto fenicio conllevaron una evolución rápida hacia las escrituras neopúnicas. Además, se ha llamado "libiofenicias" a un grupo de cecas con leyendas bilingües en latín y un alfabeto púnico o neopúnico sin normalizar, cuya lectura es todavía hoy muy controvertida. Hispania fue el escenario de guerra de las dos potencias mediterráneas emergentes: Roma y Carthago. Durante la estancia de los cartagineses en la península se vieron obligados a acuñar moneda para el pago de sus tropas, utilizando para ello cecas móviles militares, así como otras ya establecidas como Gadir. Estas emisiones militares pudieron dejarse de acuñar en Hispania después de la pérdida de Qart Hadasht (Carthago Nova) en el año 209 a.C. y antes de marchar Asdrúbal a Italia en el 207 a.C. Gran parte de las acuñaciones que llamamos hispano-cartaginesas son por lo tanto numerario de guerra. Reutilizar monedas ajenas para acuñar las propias fue un fenómeno bastante extendido en la antigüedad, y el mundo feno-púnico no fue una excepción, pues era una manera fácil de obtener cospeles sin tener que fabricarlos. Gadir y Ebusus reacuñaron utilizando su propias monedas, tal vez debido a su buena organización, en un intento de actualizar y renovar el numerario. Iliberri y Sexs utilizaron como cospel monedas de Gadir, mientras Abdera y Turirrecina emplearon piezas de Obulco. |
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Cecas feno-púnicas y neopúnicas |
Cecas libiofenicias |