¿ES FALSO MI DENARIO?
Guía para la autentificación de las monedas de plata de la Antigüedad

Capítulo 1
EL PEDIGRÍ DE UNA MONEDA
 

Si hay algo en lo que coincidimos todos los coleccionistas de monedas antiguas, es en nuestro deseo de conocer el pasado de las piezas que poseemos. De ser eso posible, nos gustaría estar al tanto de cada uno de los avatares por los que esa moneda ha pasado; en qué bolsillos ha estado, para qué pagos ha sido utilizada o a qué extraños lugares ha viajado.

Sabemos que nuestro deseo es imposible, pero a poco que nos esforcemos, podremos conseguir una parte de esa información, de esa pequeña historia de cada una de nuestras piezas. A esa historia particular le llamaremos pedigrí.

El pedigrí de nuestra moneda lo formarán todos aquellos propietarios que la han poseído antes que nosotros, aquellas numismáticas que la han vendido, aquellas colecciones en las que ha permanecido o cualquier referencia o dato fiable que podamos obtener de ella. No hay información que no nos sea útil en este aspecto, y debemos recolectarla con paciencia y tesón, anotando cuidadosamente en la ficha de nuestra moneda cualquier información que podamos conseguir de ella. Creemos no equivocarnos al afirmar que, en los tiempos que se avecinan para el coleccionismo de monedas antiguas, una pieza acompañada de un buen pedigrí será una pieza doblemente valorada.

En los últimos años, para regocijo general de todos nosotros, ha aparecido Internet. Son tantas y tan vastas las posibilidades y recursos que la Red nos ofrece, que creemos sinceramente que todavía no hemos tomado conciencia de ello. En los momentos en los que escribimos estas líneas, hay muchas bases de datos de gran importancia que todavía no están completas, y muchas otras que ni tan solo han empezado a digitalizarse, pero aun así hay mucha información a nuestra disposición y si tomamos la costumbre de investigar la procedencia de nuestras monedas, sin duda nos llevaremos gratas sorpresas. Tal vez podamos descubrir a sus antiguos propietarios, quienes a su vez podrán darnos razón de los anteriores; sea como sea, la posibilidad de tirar del hilo y recrear parte de la historia de estas piezas hace aún más apasionante su coleccionismo.

Pero, ¿para qué sirve un buen pedigrí? Evidentemente, un buen pedigrí no nos garantiza nada, pero es indudable que posee una doble ventaja: por un lado nos da la certeza de que otros coleccionistas antes que nosotros (y aparte del vendedor) la han tenido en sus manos y la han dado por buena, lo que es ciertamente muy positivo, y por otro lado nos sitúa la posible falsificación de la pieza en años pasados.

El hecho de poder seguir la pista de una de nuestras monedas hasta varios años atrás nos proporciona la seguridad de que, de ser una falsificación, lo es con los medios técnicos de los que se disponía en el momento en que fue fabricada y eso es indudablemente una gran ventaja, ya que a nadie se le escapa que la tecnología ha avanzado exponencialmente en los últimos años, y lo seguirá haciendo.

Mientras leemos estas líneas, tal vez en algún taller de Bulgaria alguien esté ya obteniendo la "Copia Perfecta", pero una cosa es segura y es que esa copia hace unos años no existía, por lo tanto, si somos capaces de datar una moneda en esas fechas, podremos apuntarnos un valioso tanto en cuanto a su autenticidad, y a buen seguro que vale la pena el esfuerzo, ya que éste es uno de los valores más sólidos en los que podremos apoyarnos.

Para alcanzar este objetivo de conseguir el mejor pedigrí posible de una moneda, debemos en primer lugar consultar al vendedor, ya que es él quien podrá darnos información sobre su procedencia; luego no debemos dudar en ponernos en contacto con todas aquellas personas que creamos que pueden proporcionarnos más datos sobre la pieza, sean numismáticos o coleccionistas, ya que sin duda quedaremos gratamente sorprendidos, no solo de lo que somos capaces de averiguar, sino de la gran amabilidad e interés en ayudar con el que suele comportarse la gente.

En la siguiente imagen podemos ver un denario de Vespasiano adquirido en la subasta Manhattan Sale I en 2010.

Imagen 1.1.  Denario auténtico de Vespasiano. Ex Numismatica Ars Classica. Ex Manhattan Sale I. Ex Colección Aloysius Lynn. Colección GS.

Aparte de la propia garantía que proporciona un vendedor de la categoría de Freeman & Sear, la moneda procede de la colección de Aloysius Lynn; un gran coleccionista que consiguió reunir más de 4000 monedas de alta calidad. Para acabar, esta moneda fue subastada por Numismatica Ars Classica en 2002.

Todo esto, aunque todavía no hayamos visto la pieza a través de nuestro microscopio, nos está dando poderosas razones para confiar en ella: ha pasado por las manos de dos de las mejores numismáticas del mundo, ha pertenecido a un coleccionista de reconocido prestigio y tiene, como mínimo nueve años (escribimos esto en 2011). Es decir, de ser una falsificación, no ha sido descubierta en los nueve años que lleva en el mercado por ninguno de los especialistas de primera línea que la han estudiado.

Todo puede ser, y desde luego no sería la primera vez que una moneda falsa se cuela en subastas internacionales, pero es innegable que este tipo de historial en una moneda hace por sí solo que la balanza se incline del lado de la autenticidad, y eso como decíamos, incluso antes de haber tenido ocasión de ver la moneda. Según nuestra opinión, un verdadero lujo que debe ser debidamente valorado.

Curiosamente, muchas veces los vendedores omiten el pedigrí de la moneda que venden aunque lo conozcan. En ocasiones esto es debido a simple descuido y en otras a que conocer la procedencia implica conocer el precio al que fue vendida al anterior propietario, y eso es algo que no siempre es del agrado del vendedor; en cualquier caso, cada día más estamos viendo como los profesionales más serios se preocupan de acompañar sus piezas de sus correspondientes pedigrís… y en consecuencia, de subir sus precios.

Sin embargo, no todas las monedas auténticas poseen un pedigrí, a menos que consideremos como tal el haber pasado dos mil años enterradas. Efectivamente, muchas de las monedas que podamos comprar proceden de hallazgos recientes (ilegales desde hace unos años en España y perfectamente legales en otros países). Estas monedas suelen presentarse a la venta completamente limpias y brillantes ya que el vendedor, con el fin de hacerlas más atractivas, suele limpiarlas muy a fondo.

Si nuestra moneda es de este tipo, posiblemente nos sea muy difícil seguirle el rastro; pero si por el contrario presenta una tonalidad más oscura es muy posible que lleve muchos años en otras colecciones, y en ese caso tal vez nos resulte más probable dar con parte de su pasado. A este tipo de oscurecimiento o tonalidad que adquiere la moneda con el paso de los años, nosotros la llamamos pátina o tono y en las numismáticas internacionales lo definirán en inglés como "toned" u "old cabinet tone".

Imagen 1.2.  Denario auténtico de Nerva con el tono oscuro tan característico de monetario antiguo. Colección GS.

A continuación, ofrecemos una serie de enlaces con los que poder acceder a varias bases de datos donde figuran muchas de las monedas que se venden en las mejores numismáticas. No pretendemos ser exhaustivos ya que hay muchas bases en las que consultar, sino tan solo proporcionar al coleccionista unas primeras herramientas con las que aprender a manejarse en Internet.

Aunque parezca mentira, este mundo es muy pequeño y las mismas monedas suelen ir apareciendo para su venta una y otra vez.

En resumen, pocos de los puntos que estudiaremos en los siguientes capítulos van a ser tan importantes como este, y por eso animamos al lector a que aprenda a valorarlo y a que busque con mucha atención, incluso antes de comprar la pieza, sus orígenes.

Esto no representará ningún esfuerzo, más bien al contrario, ya que supone una agradable tarea el moverse por las bases de datos a la caza del ejemplar que hemos decidido comprar. Es auténtica arqueología, pero hecha desde nuestro ordenador. Con ello no solo obtendremos un valioso tanto en lo referente a su autenticidad, sino que sin duda conseguiremos un rédito suplementario si un día queremos vender esa pieza.

 

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