Aelia Verina contrajo matrimonio con León I antes de que éste fuera proclamado emperador, y dio a su esposo dos hijas: Ariadna (esposa del futuro emperador de Oriente Zenón) y Leoncia (esposa de Antemio, hijo del emperador de Occidente del mismo nombre). En 473, viéndose León I atacado por una grave enfermedad, elevó a su nieto León II (hijo de Zenón y Ariadna) al rango de Augusto, con objeto de tener asegurada la sucesión. El emperador murió a avanzada edad, en febrero de 474, sucediéndolo su joven y enfermizo nieto, quien moriría al cabo de pocos meses, a fines de ese mismo año. El general isaurio Zenón, padre del fallecido emperador León II, heredó el trono de su hijo, sus servicios militares a León I, y sobre todo su matrimonio con su hija Ariadna, le llevaron a alcanzar tan alto cargo sin oposición aparente. Pero a partir de ese momento, Verina se dedicó a intrigar y participó junto con su hermano Basilisco en una rebelión que tuvo lugar entre 475 y 476. Sofocada la rebelión, Zenón envió la destierro a los dos hermanos, siendo confinados en una fortaleza de Cappadocia, en donde encontró la muerte Basilisco. En un segundo levantamiento protagonizado por Leoncio (484), Verina fue liberada, pero el emperador también hizo fracasar este intento y Verina hubo de regresar a su destierro, muriendo en la fortaleza de Papirius (Isauria) posiblemente ese mismo año 484. Verina fue enterrada en Constantinopolis, ya que su hija (la emperatriz Ariadna) se encargó de recuperar sus restos.
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