Vitelio

Nacido durante el año 14 d.C., Aulo Vitelio Germánico, hijo del censor de Claudio Lucio Vitelio, fue siempre una persona muy vinculada al entorno de todos los emperadores desde Tiberio, junto al cual fue educado (siendo también asociado a sus desenfrenos sexuales), hasta Nerón. Su habilidad a la hora de conducir el carro, su pasión por el juego y especialmente su espíritu de adulación le hicieron ganar el favor de todos ellos, desempeñando importantes cargos en el imperio, como el de Procónsul de África durante el 61 d.C..

En enero de 68 d.C. el emperador Galba, envió a Vitelio a Germania. A su llegada, junto con la ayuda de los legados, Fabio Valente y Alieno Cecina, Vitelio hizo crecer la disensión. El primer día de enero las tropas de la cuarta región de la Germania Superior derribaron las estatuas de Galba. El segundo día del mismo mes, todas las tropas de la Germania Superior se rebelaron y aclamaron a Vitelio como emperador, después, se unieron las tropas de la Germania Inferior y las de Britannia y a los pocos días todas las de la frontera noroeste.

En el año 69, los hombres de Otón asesinaron a Galba en Roma, en su propia litera, en el Foro, recibiendo Otón el título de Augusto ese mismo día. La primera decisión de Otón fue dictar una amnistía general y tratar de negociar un arreglo con Vitelio, pero él, prefirió la guerra e intentó castigar a los asesinos de Galba. Entonces, las tropas de Germania se pusieron en marcha, con Vitelio al frente.

Otón se preparó para la batalla reuniendo los ejércitos de Galba provenientes de Hispania, con cohortes llegadas del Danubio y una legión sin experiencia reclutada por Nerón. La batalla tuvo lugar cerca de Cremona y Otón y su ejercito, sufrieron una aplastante derrota en Bedriacum (Betriaco). Otón llevó la púrpura solamente durante tres meses, a mediados de abril del año 69 d.C. decidió darse muerte con su propia mano, por lo que Vitelio consiguió ser el único jefe de Italia y de todo el Occidente. Sin embargo, en Oriente, empezaron a emerger otras ambiciones y nunca se llegó a aceptar a Vitelio como emperador.

Vitelio, por su parte, una vez ganada la batalla de Betriaco se embarcó en una ronda de banquetes y orgías, alarmando a muchos con sus modos y sus comentarios. Un comentario que se le atribuye cuando inspeccionaba el campo de batalla fue: "hay sólo algo que tiene para mí un olor más dulce que el cadáver de un enemigo y ese algo es... el cadáver de un conciudadano".

Vitelio, favorito de Calígula, Claudio y Nerón, que le honraron con cargos públicos y que le hicieron rico, despilfarró el dinero una y otra vez, demostrado que le gustaba más el libertinaje que el gobierno. Ordenó a los ciudadanos más eminentes que le organizaran banquetes y se entregó a la bebida. Fue en definitiva, el emperador de la fantasía, aunque entre sus decisiones, cabe destacar la expulsión de todos los astrólogos de Italia y la fijación de un el plazo de diez años, para el ejercicio de las magistraturas.

Mientras tanto, en Oriente, el gobernador de Siria, Muciano, rechazó el nombramiento del nuevo emperador, mientras que el general Vespasiano si aceptó dicho nombramiento y a él se unieron las legiones del Danubio, por lo que la guerra volvió a estar presente. Las tropas de Vitelio se debilitaron con su autocomplacencia, las aguas del Tíber mezcladas con el vino les produjeron disentería, el verano propagó la malaria y cuando en otoño los generales de Vitelio salieron de Roma para contener a las tropas de Vespasiano, las fuerzas de las que disponían estaban muy diezmadas y fueron rápidamente derrotadas.

Con la derrota del general Valente, Vespasiano intentó ofrecer un pacto pero cuando su hermano, Sabino y el cónsul Quintio Atico fueron a negociar, se les dio muerte. Esto provocó que el 20 de diciembre de 69 d.C., los ejércitos de Vespasiano entraran en la ciudad.

Vitelio trató de huir, pero se le encontró escondido en el cuarto de un portero del palacio. Capturado y paseado por toda Roma, fue abucheado por la chusma y torturado a golpes por el pueblo. Finalmente engancharon su cadáver en un garfio y lo arrojaron al río Tíber.

Su reinado duró tan sólo durante ocho meses del año 69 d.C. (año conocido como "el de los cuatro emperadores", en el que sucedió el asesinato de Galba en el Foro, el suicidio de Otón, la espectacular muerte de Vitelio y el ascenso al poder de Vespasiano).