Errores y Defectos
en la Numismática Antigua (III)

 

Portada: Introducción
Parte I: Errores de diseño
Parte II: Errores y defectos propios del cuño
Parte III:  Defectos en el cospel
Parte IV-I:  Errores y defectos durante la acuñación (I)
Parte IV-II:  Errores y defectos durante la acuñación (II)
Parte V-I: Daños después de la acuñación (I)
Parte V-II: Daños después de la acuñación (II)
Parte VI: Otras singularidades

 


 

 

Parte III
Defectos en el cospel

En esta tercera parte del artículo se tratan los defectos producidos durante el proceso de elaboración del cospel monetal.

En la mayoría de los casos, los flanes debían ser calentados a altas temperaturas (alrededor de 700 º C, hasta ponerse al rojo) por diferentes razones:

- Porque los martillazos sobre el reverso podían así ser más suaves, evitando posibles fisuras o roturas en el cuño del reverso, que ya de por sí sufría tanto.
 - Porque la impresión era, sin duda, más perfecta, siempre que el flan no estuviese muy caliente, en cuyo caso los contornos salían poco nítidos, como de cuños usados (ver cuño usado / gastado).
 - Porque el mismo flan, al ser más maleable, soportaba con mayor facilidad los tipos monetales y se evitaba que se agrietase o rompiese por los contornos, casos que sucedían si el cospel estaba frío (ver cospel roto / agrietado).

A partir de Constantino Magno se hace general la aplicación del acero para los cuños, con lo cual ya no existe la necesidad de calentar previamente el cospel.

Entre los defectos en el cospel sobresalen los siguientes:

- Tamaño del cospel inapropiado
- Cospel con forma inadecuada
- Marcas resultantes por el estado del cospel
- ¿Cospel doble?

Nota) Haced clic sobre las imágenes para verlas ampliadas.

 

Tamaño del cospel inapropiado - Small / big flan

Aunque hoy en día nos pueda parecer un error o defecto (y como tal, la pieza resulta más barata para el coleccionista) lo cierto es que en el mundo antiguo lo importante era el peso, no el tamaño de la moneda y por ello pueden verse a menudo piezas en las que no caben las leyendas, así como otras en las que sobra espacio para la acuñación.

En los ejemplos mostrados podemos ver algunos de los tipos de cospel -digamos- inapropiado.

Cospel pequeño pero grueso
Small flan

Denario de Septimio Severo (197 d.C.) con un peso de 3,2 g, es decir, un peso normal para la época, pero un tamaño muy pequeño, prácticamente de quinario. La moneda mide 15-16 mm y tiene un espesor mayor del habitual.
Puede observarse que la leyenda del reverso (MVNIFICIENTIA AVG) ha quedado totalmente fuera del cospel.

Flan grande
Big flan

Cistóforo de Augusto (25-20 a.C.) acuñado en Éfeso, con un peso adecuado (11,11 g) pero un tamaño demasiado grande en relación al cuño empleado.

Cospel muy pequeño (emisiones oficiales)
Very small flan

Pequeño nummus (9-10 mm) de León I, acuñado en Constantinopla (457-474 d.C.).

Durante el Bajo Imperio romano abundan los ejemplos de pequeñas monedas en las que no caben los motivos del cuño, pero sería en los últimos tiempos bajoimperiales, cuando lo verdaderamente difícil es encontrar una de estas pequeñas monedas de bronce de 19-10 mm, que genéricamente denominamos nummus, en la que quepan todas las leyendas.

Flanes muy pequeños (imitaciones)
Very small flan

A la izquierda vemos una copia bárbara de un antoniniano de Tétrico (Britannia, 271-280 d.C.), y a la derecha, una imitación de las series conmemorativas "Urbs Roma", acuñada posiblemente en Hispania durante los siglos V-VI d.C.

El antoniniano tiene 8 mm de diámetro, es aproximadamente la mitad de lo habitual, pero consiguieron introducir los motivos centrales de la moneda. El ejemplo de la derecha muestra algo similar, con sus 9-10 mm se ven hasta las letras del exergo.


Cospel con forma inadecuada - Ragged flan / square flan /odd flan

Las técnicas de fabricación del flan tenían su importancia en el resultado final de la moneda, sin embargo lo cierto es que en el mundo antiguo lo relevante era el peso no la forma y por ello pueden verse a menudo estas piezas desiguales.

En general, un tipo de flan no adecuado o irregular devalúa la moneda de cara al actual coleccionista, pero no siempre es así, algunas monedas de las aquí mostradas no han perdido belleza por estar acuñadas en un cospel desigual, y concretamente, los tres primeros ejemplos son muy singulares y por lo tanto serían muy cotizados.

Flan inadecuado
Odd flan

Interesante estatera de electrum de Miletos (Ionia), finales del siglo VI a.C.
La irregular formar que presenta esta moneda es producto de la unión de dos monedas más pequeñas, que seguramente fueron fundidas de manera incompleta.



Flanes sin cortar
Odd flan

Sorprendente pareja de AE hemilitron acuñados sobre un flan doble.
Estas dos monedas de griegas de Himera (Sicilia), de principios del siglo V a.C., demuestran que a veces no se seguía el habitual proceso de fabricación de cortar los cospeles fundidos antes de proceder a la acuñación.

Más sorprendente aún, es este conjunto de tres ases hispánicos de Tiberio, acuñados en Itálica (14-37 d.C.), que pertenecen a la colección Gonzalo Cores (Madrid). Aunque ciertamente, lo más extraordinario es que este tipo de piezas se hayan conservado sin cortar hasta nuestros días. Ver artículo de G. Cores, M. Gozalbes y P. P. Ripollès.

Evidentemente este tipo de piezas son muy raras. Tan solo se conoce otro ejemplar, conservado en el Museo Británico, formado por tres ases republicanos de Jano bifronte (RRC 340/4 - L. Piso Frugi, 90 a.C.), que M. Crawford publicó atribuyendo esta forma de trabajo al interés de incrementar la productividad.

Cospeles mal cortados

A menudo los cospeles eran fundidos en moldes, cortados y después acuñados. Si el corte para separar los cospeles no se hacía cuidadosamente quedaban piezas como las mostradas a continuación.

Arriba, a la izquierda, se muestra un semis anónimo de 15,21 g (Roma, 211-206 a.C.) con un flan mal cortado ya que sobra material a las 10 y a las 4 h.

Arriba, a la derecha, as anónimo de 18,41 g (Roma, 157-155 a.C.), este caso es el contrario del anterior, aquí falta material a las 2 y a las 8 h.

En el centro, a la izquierda, vemos un pequeño bronce griego de 1,51 g acuñado en Siracusa alrededor de 400 a.C. y a la derecha otro pequeño bronce de la Magna Grecia de 3,76 g (Lipara, 412-408 a.C.). En ambos casos se observa claramente que los flanes fueron cortados sin cuidado alguno.

Abajo tenemos una imitación hispánica de un as de Claudio (mediados del siglo I d.C.) y un centenional de Constancio Galo (mediados del siglo IV d.C.), observándose en ambas piezas un claro exceso de material.

Con estos ejemplos podemos ver que a lo largo de muchos siglos se utilizaron similares técnicas en la preparación del cospel.

Desplazamiento de los moldes

Moneda fundida de bronce, de 17-18 mm y 5,0 g, acuñada a finales del siglo II o principios del I a.C., en la Gallia Comata, por los pueblos celtas que denominamos leuci.

En este caso se puede observar el desplazamiento sufrido por los moldes, así como el poco cuidado que tuvieron en separar las monedas resultantes.

Flan ligeramente irregular
Slightly ragged flan

Denario de Caracalla de principios del siglo III, con un flan ligeramente irregular.
Acuñación típica de esta época en la que ya no eran tan cuidadosos con los pesos, la moneda sólo tiene 2,9 g, aunque el tamaño sí que es el adecuado (18-19 mm).

Cospel irregular
Ragged flan

Tetradracma de Siracusa (Sicilia) de finales del siglo V a.C.
La irregular forma de esta moneda es habitual en esa ceca y por lo tanto, producto de un proceso de fabricación del cospel en el que importaba mucho más el peso que el tamaño. El peso es el correcto (16,7 g) y eso era lo relevante entonces.

Flan alargado
Oblong flan

Tetradracma de Atenas (Ática) del siglo IV o principios del III a.C.
En esta ceca y en esa época las monedas podían tener esta forma, así que no podemos considerar que este tipo flan sea un error, el peso de 17,13 g es el adecuado, y eso era lo importante entonces.
Desde luego que no caben los bonitos motivos del cuño en un cospel tan alargado y el coleccionista exigente buscará monedas más completas.

Cospel muy desigual
Very ragged flan

Fracción de silicua acuñada en fecha indeterminada, posiblemente en tiempos del emperador bizantino Justiniano I (527-565 d.C.).
Pequeña moneda de plata de 12 mm y 0,87 g, perteneciente a las series conmemorativas de Constantinopolis que presenta una acuñación muy descuidada, típica de unos tiempos en los que no se cuidaba demasiado ni del peso ni de la forma de las pequeñas monedas.

Flanes defectuosos

Interesante grupo de monedas agujereadas. Pequeños bronces (lepta y prutoh) acuñados en Judea a lo largo del siglo I a.C. Algunas de estas monedas podrían tener los agujeros hechos intencionadamente, pero la mayoría de ellas son simplemente acuñaciones descuidadas, acuñaciones realizadas sobre cospeles defectuosos.
El agujero de la moneda de la derecha es ovalado, no está centrado y tiene los bordes redondeados, parece ser otro ejemplo de cospel mal fundido. Se trata de un semis de Lastigi (Hispania Ulterior) acuñado en la segunda mitad del siglo II a.C.

La elaboración del cospel mediante fundición en moldes puede dar estos resultados, pero en lugar de desechar las piezas defectuosas y volverlas a fundir, pues las usaron sin mayor problema dando lugar a estas curiosas piezas.

Cospel triangular
Triangular flan

Estatera de electrum de Cyzicus (Mysia), mediados del siglo V a.C.
La forma triangular que presenta esta moneda es algo ciertamente raro, sin embargo el peso es el adecuado (18,06 g).

Cospel rectangular / cuadrangular
Square flan

De izquierda a derecha tenemos: Karshapana de Magadha (3,4 g) acuñada en la India (445-413 a.C.), hemióbolo de Menander (6,6 g) acuñado en Bactria (160-145 a.C.), y dracma celta de los pueblos cadurcii (2,9 g) acuñada en la Galia (100-75 a.C.).

Las monedas cuadrangulares aparecieron en la India y fueron extendiéndose hacia Occidente a lo largo de los siglos, sin embargo las culturas más importantes (Grecia y Roma) prefirieron no usar estos curiosos módulos, por lo que aunque su forma nos resulte tan chocante, no deben considerarse como un error de acuñación. Estas monedas rectangulares o cuadrangulares fueron diseñadas así. Ver algunos otros ejemplos en el juego: "Las monedas cuadradas".
Flan redondo con aspecto cuadrangular
Square flan

A la izquierda, sestercio de Otacilia Severa (Roma, 244-249 d.C.) con el aspecto cuadrangular propio de la época, el peso es el adecuado (21,83 g) y el cuño era por supuesto redondo, pero las técnicas de fabricación del flan habían cambiado. Se cree que largas barras fundidas con sección mal redondeada eran cortadas en rodajas, dando como resultado monedas de este estilo.
A la derecha otro ejemplar de la misma época (247-249 d.C.), de similares características, esta vez de su hijo Filipo II (18,4 g).

Cospel troncocónico

No podemos decir que este tipo de cospel troncocónico sea realmente un defecto, lo vemos con cierta frecuencia en algunas emisiones, pero en algunos casos la diferencia de diámetro entre ambas caras era tal, que uno de los cuños simplemente no cabía y la moneda quedaba incompletamente acuñada.
Las dos monedas mostradas tienen 16-19 mm y 22-28 mm respectivamente, siendo un dióbolo de 8,9 g de Ptolomeo VI (Egipto, 180-176 a.C.) y un as de 15,60 g de Castulo (Hispania Ulterior, mediados del siglo II a.C.).

Todo vale para cospel (imitaciones)

En el siglo I a.C. se emitieron en el Sur de Hispania abundantes monedas que imitaban los tipos de Cástulo y Obulco presentando una particularidad especial, que se acuñaron sobre monedas previamente partidas y/o en flanes muy irregulares, prácticamente cuadrangulares. (Ver juego: "Las monedas cuadradas").

Las dos imitaciones mostradas tienen 12-16 mm / 1,72 g  y 10-14 mm / 1,31 g respectivamente, por lo que debieron de circular como cuadrantes.

En este tipo de acuñaciones que imitan los tipos de Castulo es frecuente ver módulos cuadrangulares (como el aquí mostrado), pero el ejemplar "triangular" mostrado es realmente inusual. Dadas sus dimensiones y su forma, creo que se trata de una reacuñación sobre un semis que previamente había sido partido en cuatro partes. Presumiblemente esta moneda intentó circular como cuadrante por lo que la ganancia fue sustanciosa, de un semis obtuvieron un as (cuatro cuadrantes).

Todo vale para cospel (monedas oficiales)

En tiempos bizantinos el aprovechamiento del material llegó al extremo de acuñar nuevas emisiones sobre trozos de monedas anteriores partidas a tal efecto.

Los dos decanummium mostrados fueron acuñados (en realidad reacuñados) en Tesalónica, en tiempos de Heraclio (610-642 d.C.)


Marcas resultantes por el estado del cospel - Flan preparation marks

Es curioso observar que en importantes cecas orientales desde mediados del siglo III a.C., con la dinastía de los Ptomoleos en Egipto, hasta los albores del Bajo Imperio romano (finales del siglo III), se fabricaron cospeles de bronce con un agujero central por ambas caras, de forma que tras la acuñación quedaba normalmente una pequeña marca circular en el centro de la moneda.

Se ha intentado explicar este agujero central de las monedas de bronce del Mediterráneo oriental, como un lugar de enganche de algún artilugio que -antes de la acuñación- intentaba redondear el cospel, aunque lo más probable es que tratara simplemente de pulir la superficie del flan, dado que a veces se observan monedas con acuñaciones débiles que presentan los círculos concéntricos resultado de esta operación. En uno u otro caso, el agujero en ambas caras servía seguramente de enganche para algún tipo desconocido de maquinaria, que preparaba los flanes antes de la acuñación.

En ocasiones, podemos ver también pequeñas rayitas longitudinales en los bordes de la moneda, que son el resultado del limado (redondeado) de los cantos, esto decir de la preparación del cospel  previa a la acuñación.

Desde luego no puede considerarse tales marcas como un error, sino como el resultado del proceso de preparación del flan y por lo tanto no restan ningún valor a las piezas. El problema es saber distinguirlas, las rayas en el campo suelen ser daños posteriores que devalúan la moneda y los cantos limados podrían ser una clara señal de pieza fundida, retocada y por lo tanto falsa, pero en el caso de Mesopotamia y Siria (durante el siglo III) estas estrías en el borde son perfectamente normales.

Marca central en ambas caras
Centration dimple / punch mark

Dracma de Ptolomeo II (Egipto, 260-246 a.C.), enorme bronce de 46 mm y 87,77 g.
En esta época aparecieron en Egipto los característicos agujeros centrales que sirvieron durante la preparación del cospel, para sujetar algún tipo de aparato que pulía o redondeaba el flan y facilitaba la posterior acuñación.

Marca central en ambas caras
Centration dimple / punch mark

4 assaria de Máximo acuñado en Tomis (Moesia Inferior), 237 d.C.

Más de cinco siglos después de la moneda anteriormente mostrada, el proceso de fabricación de los flanes de bronce en las cecas orientales, no había variado. Este bronce de 27 mm de Máximo presenta exactamente los mismos orificios centrales.

Cantos limados
Filed edge
 
Moneda provincial de 30-33 mm acuñada en Singara (Mesopotamia), entre el 241 y el 242 d.C., a nombre de Gordiano III y Tranquilina.
El peculiar borde de esta moneda es el característico de esa época en algunas cecas de Siria y Mesopotamia; durante la preparación del flan parecen haber sido limados los bordes con alguna intención que desconozco, posiblemente colocaran varios cospeles juntos para redondearlos y homogeneizarlos. (Ampliad la moneda para ver el canto estriado).


¿Cospel doble? - Double flan?

Resulta raro pensar que dos cospeles pudieran quedar unidos en el proceso de acuñación, por lo que la posibilidad de que fueran simplemente dos monedas distintas que habían quedado unidas con el paso del tiempo, siempre me ha parecido la más plausible. Finalmente, conseguí estudiar la moneda de Constantino mostrada a continuación y ahora tengo bastante claro que realmente no son dos flanes unidos, sino que debe de tratarse de imitaciones locales, de monedas fundidas en moldes que se desplazaron poco, dando la sensación de haber dos cospeles distintos.

¿Cospel doble?
Double flan?

Dos follis de Constantino y Crispo (317-326 d.C.) acuñados sobre dos flanes pegados... Bueno, al menos esa era la información que daban de estas monedas distintos vendedores.

Sin embargo, viendo el Constantino en la mano, su aspecto general me inclina a pensar que es una moneda fundida, una falsificación de la época, aunque por sus dimensiones (4,28 g y 18-20 mm) en principio pudieran parecer dos flanes unidos. Es decir, que no son dos cospeles pegados, sino simplemente una moneda falsa de la época en la que los moldes se desplazaron un poco durante el proceso de fundición. Ver moldes para monedas falsas encontrados en Trier.


Continuación: Parte IV-I