Empezando una colección de monedas antiguas
Buenos días, estimadas señoras y apreciados señores:
Debo de comenzar dando las gracias a Dña. Maribel Espinar, alma mater
de esta exposición, quien en representación
del generoso patrocinador de este acto, el Museo Numismático del BCP, ha tenido
la gentileza de invitarme. No entraré demasiado en los bonitos senderos de la numismática romana, esos
seguramente ustedes ya los conocen y además, podrán verlos reflejados perfectamente en esta muestra,
la colección Edouard Louvet es representativa en sí misma;
trataré más bien de lo que en los últimos años ha sido mi pasión, hablaré del coleccionismo de
monedas antiguas y sobre todo, de sus relaciones con el mundo de internet.
El coleccionismo de monedas antiguas (las correspondientes a la denominada Edad Antigua)
presenta ciertas dificultades iniciales que a veces impiden la llegada de
nuevos y entusiastas coleccionistas. Cómo datar una moneda o averiguar su
procedencia, cómo lograr conocer el significado de sus símbolos o simplemente saber su nombre, pueden parecer al
principio tareas excesivamente complejas. Los supuestos altos valores que alcanzan
estas piezas en el mercado y el temor a las falsificaciones hacen el resto.
En esta presentación intentaré desmitificar un poco el tema, mostrando la utilidad
de Internet y animando a todos ustedes a sumergirse en este
apasionante mundo -cargado de historia y simbología- que es la pasión por la "Numismática
Antigua".
Eligiendo la colección
Es bien sabido que quien mucho abarca poco aprieta, sin embargo, a la
hora de empezar, posiblemente sea preferible ir "pinchando un poco de cada", según
nuestros gustos y nuestras posibilidades, eso sí, sin salirnos de unos límites económicos
previamente establecidos.
Elegir al principio un tema muy concreto, como una preciosa colección de
animales (ver Zoo de Gallienus), nos limitaría demasiado
en nuestro aprendizaje y por ello, nos resultaría mucho más caro.
Las monedas antiguas podrían dividirse grosso modo en:
- Monedas romanas en su triple vertiente de Republicanas, Imperiales y Provinciales.
- Monedas griegas
y de influencia helenística. - Otras amonedaciones (monedas ibéricas
/ hispánicas, célticas, antigua India, China, etc.)
Evidentemente cualquiera de estos apartados constituye un inmenso campo
para el coleccionismo y después de algunos escarceos, lo normal será que cada
cual se centre en sólo uno de los apartados descritos. Con el tiempo se puede
afinar aún más, eligiendo unos siglos determinados, una zona geográfica en concreto, un tipo de moneda o
simplemente, nuestro emisor preferido. Los motivos relacionados con la
arquitectura, con la medicina, con la flota o las legiones romanas, y tantos otros, pueden
constituir por sí solos una excelente colección.
La tendencia a comenzar con monedas baratas puede ser muy útil para el
aprendizaje, pero con el tiempo nos volveremos más exigentes y su mal estado de
conservación normalmente nos defraudará. Las monedas del Bajo
Imperio Romano adquiridas en
lotes sin limpiar son asequibles pero presentan la enorme dificultad de
su limpieza, dificultad pocas veces superada con éxito ya que este tema es algo
tan complicado que es preferible dejarlo en manos de los profesionales. Preservar
las pátinas y limpiar cuanto menos mejor, debería ser una de las reglas de oro.
Fijado a grandes rasgos el contenido inicial de nuestra colección, será el paso de los años
y el conocimiento el que vaya modelando nuestros gustos y formando al final -¿por qué no?- colecciones tan impresionantes como
las que se muestran a continuación a modo de ejemplo:
- Denarios ibéricos y republicanos www.denarios.org
- Monedas del emperador romano Probo (276-282 d.C.) www.probvs.net
- Monedas romanas de Alejandría (siglos I y II d.C.) www.coinsofromanegypt.org/
- Denarios de la Dinastía Severa (193-235 d.C.)
Barry P. Murphy
y otras como las específicas de Trajano,
Gordiano III,
Filipo el
Árabe,
etc. etc., todo ello sin olvidar el coleccionismo de
errores que
a mi parecer resulta muy interesante.
La ley de la oferta y la demanda es implacable en el coleccionismo, las monedas
de Judea o de Hispania han encontrado en las últimas décadas miles de
admiradores por lo que su precio se ha disparado tal vez exageradamente; las
preciosas monedas griegas siempre han sido muy atrayentes si bien son escasas y
relativamente caras; las otras amonedaciones (China, India, etc.) son menos coleccionadas
en
Occidente; así que son las monedas romanas las preferidas normalmente por
los coleccionistas. Ha sido el comercio por Internet y la apertura de los países del Este de Europa, los que han permitido que las monedas romanas mantuvieran e
incluso a veces bajaran sus precios, atrayendo por tanto a multitud de nuevos
coleccionistas.
Conclusión: a mi juicio, coleccionar monedas pensando en la satisfacción personal, en el componente histórico o en la belleza en
sí de cada pieza, es el mejor camino.
Coleccionar por el matiz inversor y suponer posibilidades de revalorización, es algo mucho más incierto. Hace pocas
décadas, en España, las monedas ibéricas o hispánicas eran bastante asequibles
mientras que los denarios de la dinastía Severa (193-235 d.C.) no lo eran tanto, hoy sucede
exactamente lo contrario. ¿Qué sucederá dentro de unos años?,
difícil pregunta para un inversor y pregunta sin importancia para un coleccionista.
Breve
introducción a la numismática romana
La exposición
"Edouard Louvet" que
hoy podemos disfrutar es fundamentalmente de monedas romanas,
del mismo modo que el grueso de monedas antiguas ofrecidas hoy en día en internet resultan
ser romanas, lógica coincidencia ya que la larga duración de esta civilización (casi 8
siglos) y
también su enorme extensión (prácticamente todo el mundo entonces conocido) hacen que la
cantidad de monedas que han llegado hasta nuestros días sea
enorme, y respecto a su variedad y belleza, basta ver las monedas expuestas o los paneles ilustrativos
de esta muestra, entre los que destaco el panel general en el que se aprecian a escala
las principales monedas romanas de cada época.
En los días de la República, la emisión de moneda estuvo enteramente en manos
de Senado, que anualmente, designaba los Magistrados Monetarios encargados de
supervisar las emisiones. La ciudad de Roma era sin duda la principal ceca y
aunque se utilizaron otras cecas, incluso fuera de Italia, la supervisión y
control del Senado estaba garantizada.
Sin embargo, fueron numerosas las cecas locales que en su proceso de
romanización utilizaron el alfabeto latino. A modo de ejemplo, tan sólo en la
Hispania Ulterior se han constatado 69 talleres amonedando con inscripciones
latinas en los tiempos de la República.
La situación cambió a mediados del siglo I a.C. con la aparición del
"emperador", una poderosa figura militar con facultades de emisión de moneda
para sufragar los cuantiosos gastos del ejército. Se utilizaron entonces las
cecas locales más convenientes a sus intereses para emitir la abundante moneta
castrensis, las acuñaciones militares.
En el año 49 a.C., la guerras civiles entre César y Pompeyo obligaron al
Senado a huir a Grecia y todo el poder monetario recayó temporalmente en el
dictador. Pero finalizada la guerra, ni Julio César ni Octavio permitirían la
vuelta a la situación inicial y a partir de entonces el Senado pasó a controlar
tan sólo las acuñaciones de bronce, si bien con el paso del tiempo, en ésta como en otras actividades, su poder fue decreciendo inexorablemente.
Durante la época Imperial, más de 400 cecas acuñaron moneda en todo el vasto
territorio del Imperio y las podemos dividir en dos grandes grupos:
- Acuñaciones Imperiales o estatales. Emisiones que formaron parte de
las finanzas estatales.
- Acuñaciones Provinciales,
coloniales o cívicas. Emisiones normalmente de bronce y por motivaciones
puramente locales. Entre ellas, destacan las monedas llamadas greco-romanas o
imperiales griegas que se acuñaron en las provincias orientales bajo dominación
romana, pero utilizando el alfabeto griego.
La importancia y duración de todas estas cecas fue muy variable. Desde efímeros
periodos como los de Barcino o Camulodunum, hasta largos siglos de actividad,
casos de Lugdunum o Alexandria. Sin olvidar que algunas de ellas, como
Nicomedia o
Constantinopolis, continuarían su existencia durante toda la larga vida del
Imperio Bizantino.
Bibliografía, aprendiendo por Internet
Un viejo dicho nos dice que "hay que comprar primero el libro y después la moneda", sabio consejo que sin embargo prácticamente nadie cumple. Los
buenos libros de numismática son difíciles de conseguir, algunos están
agotados y son en general muy caros. Sin embargo, existen asequibles manuales o prontuarios
que nos pueden abrir la puerta, Internet nos dará entonces gran cantidad de
posibilidades de aprendizaje y tal y como vayamos progresando, deberemos ir
volviendo a los libros, ellos han sido y seguirán siendo por muchos años la
verdadera fuente del conocimiento.
Los primeros libros bien podrían ser:
- Antonio Beltrán: "Curso de Numismática", 2ª edición, Madrid 1987
- C. Alfaro, A. Arévalo y otros: "Historia monetaria de Hispania Antigua", Madrid 1998
- Álvarez Burgos: "Prontuario de la Moneda Romana", Madrid 1982
- H. Cohen: "Descripción general de las monedas de la República
Romana", Madrid 1996
- Antonio Beltrán Martínez: "La moneda romana - El Imperio", Madrid 1986
Soy consciente de la dificultad de conseguir algunos de estos libros y muchas veces
tendremos que recurrir a las fotocopias de un amigo o al mercado de segunda
mano, pero creo que merece la pena intentarlo y poder disponer de ellos cuanto antes. Con los
primeros pasos dados y algunos conocimientos de inglés, será fácil entonces encontrar
las mil y una páginas web que nos ayudarán sobremanera.
Interesantes foros de opinión, bases de datos ingentes, buscadores de leyendas, ejemplos de la falsificaciones más
comunes, verdaderos libros "on-line", elaborados glosarios, galerías virtuales de museos, verdaderos supermercados numismáticos,
además de multitud de descripciones históricas y estudios arqueológicos, son algunas de
las facetas que pueden encontrarse sin demasiada dificultad hoy en día en la red de
redes, con la simple ayuda
de www.google.com; eso sí, la mayoría son páginas en inglés lo
que no nos debe desanimar, más bien al contrario, aprenderemos historia y además inglés ¿alguien da más?. Con el tiempo, sólo nos quedará animarnos
a editar nuestras propias páginas web en español y
así, lograr que se vayan ampliando los contenidos numismáticos en nuestro idioma.
Algunos de estos "super-links" los he recopilado en mi portal de numismática antigua:
- Para Hispania ver www.tesorillo.com/hispania
- Para Roma ver www.tesorillo.com/roma
Mención especial merece la
Moneda
Hispánica (en español, pero ya no está disponible) y www.wildwinds.com
(en inglés), que son (eran) a mi parecer grandes portales en su género, pero hay muchos
más... ¡le animo a investigar los vínculos citados!
Conclusión: Internet es una poderosa herramienta para el conocimiento
de la Numismática
Antigua que complementa perfectamente a los libros, pero sin llegar sustituirlos en ningún
caso.
Vamos de compras
A los mercadillos y establecimientos de numismática de nuestras
ciudades, les ha salido un duro competidor con el denominado comercio
electrónico por Internet. Las subastas numismáticas "on-line" y las
ofertas de venta proliferan por todos los rincones de la "www". Yo no
despreciaría ningún canal, con paciencia y un poco de cuidado, se pueden adquirir
buenas monedas de una u otra fuente, sin
que exista una clara relación entre la calidad, el precio y el lugar de venta.
Evidentemente, la norma básica es que deberemos comprar a vendedores que nos
den toda clase de garantías y huir de las gangas tipo "Rolex de oro a 100
dólares",
lo que aplicado a nuestro caso, sería lo mismo que comprar monedas de oro
antiguas (estateras, áureos, sólidos, etc.) al primero que pasa por la esquina.
Evitar las subastas de eBay que tienen la categoría de "privadas", es otra
regla claramente aplicable. Este tipo especial de subastas fueron creadas inicialmente para proteger
la identidad del comprador, pero son aprovechadas por vendedores sin
escrúpulos en todo tipo de fraudes (al menos en lo que a numismática antigua
se refiere).
Y no tengamos prisa, las monedas "no se acaban"... antes de comprar
una moneda importante, dejémonos asesorar, 87 foros de discusión
en yahoo
son algunas de las posibilidades que tenemos. Después será tarde... acudir a
servicios de autentificación reconocidos, como el de
David R.
Sear, es sólo interesante si la moneda es
muy valiosa (el servicio de peritación de la A.N.E.
es gratis, pero únicamente para los asociados).
Pero y... ¿cuánto vale una moneda?, pues lo que alguien este dispuesto a pagar
por ella, así de simple. El estado de conservación y la rareza son tan
singulares de cada pieza, que los precios varían demasiado como para que se pueda recomendar algún catálogo.
Tal vez las estupendas bases de datos de Wildwinds
y Coin Archives y el
enorme supermercado numismático de Vcoins sean
actualmente las referencias más utilizadas.
¿Decepciones?... las hay, las ha habido siempre y las habrá en el futuro, al
igual que ocurre en prácticamente todos los tipos de coleccionismo. Todas las monedas (independientemente de su presumible valor) son posibles
objetos para la falsificación, el retoque o el repatinado, y todos los canales de venta en mayor o
menor medida son utilizados por los enemigos del coleccionismo. Pero no debemos
inquietarnos, la proporción de euros o de dólares falsos en circulación es bastante alta y
sin embargo, no es motivo diario de nuestra preocupación.
La famosa experiencia acumulada con el tiempo y el conocimiento
derivado del estudio, junto a la búsqueda de profesionales que ofrezcan garantías, son las mejores
armas a nuestro alcance. De nuevo Internet nos ayuda, esta página de augustuscoins.com
puede ser una valiosa herramienta y foros como los de
Ancient Coins,
Ancients Info,
o Denarios.org,
también; pero no olvidemos los libros, entre ellos cabe destacar "Classical
Deception" de Waine G. Sayles y los pequeños libros sobre falsificaciones
búlgaras de I.
Prokopov
Conclusión: elijamos únicamente vendedores con garantías y ampliemos nuestros conocimientos hasta conseguir unos ratios de
"rentabilidad-riesgo" asumibles.
Resumiendo
Después de disfrutar de esta magnífica exposición de
la colección Edouard Louvet, el "Barrio de la Numismática Antigua" en Internet
le está esperando. Visítelo, investigue, aprenda y... forme su colección.
¡ MUCHAS GRACIAS ! por su atención.
Intentaré ahora contestar con mucho gusto a sus preguntas
Esta presentación está almacenada en:
Tesorillo.com |
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Quedo sinceramente a su disposición en:
|
Breve descripción y procedencia de las monedas mostradas:
Cortesía de: Eduardo Dargent
Doble / duplo feno-púnico (175-91 a.C.) - Malaca (actual Málaga / España)
Follis de Constantino I (319-320 d.C.) - Treveri / Gallia Belgica (actual Trier / Alemania)
Cortesía de: SPQR Moneta
Denario dentado de la República Romana alusivo a Hispania (81 a.C.) - Roma (Familia Postumia)
Antoniniano de Herennio Etrusco (251 d.C.) - Roma
Cortesía de: coleccionista anónimo
Denario ibérico (primera mitad del siglo II a.C.) - Ausesken (actual Vic / Barcelona / España)
Unidad / As de Segovia (segundo tercio del siglo I a.C.?, Augusto?) - Segovia
Cortesía de:
Tesorillo.com
Dracma de Alejandro Magno (301-297 a.C.) - Kolophon (alrededores de Izmir / Turquía)
Dupondio de Nerón (64-66 d.C.) - Roma
Tetradracma de Adriano (119-120 d.C.)- Alexandria / Aegyptus (actual Alejandría)
Cortesía de:
www.kernunnos.com Anverso
de diversas monedas de Adriano (117-138 a.C.) - Alexandria / Aegyptus (actual
Alejandría)
Lima (Perú), 12 de noviembre de 2005
Manuel Pina |