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Los nuevos tetrarcas:
Constancio I, Severo II, Galerio y Maximino II. |
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Después de la abdicación de Diocleciano (mayo 305), Constancio I Cloro fue
nombrado Augusto Principal (Augustus Senior), siendo
específicamente encargado del gobierno de las provincias más occidentales
(Hispania,
Britannia y Gallia).
Su César fue Severo II, un militar de origen oscuro que
gobernaría en Italia y Africa.
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Simultáneamente, Galerio ascendió al cargo de
Augusto en Oriente, eligiendo como César a Maximino II Daya y
encargándole el gobierno de las provincias más orientales,
completándose así la segunda Tetrarquía.
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Provincias controladas
por Constantino, a partir de la muerte de su padre (306). |
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Con la muerte de Constancio I en 306, la crisis de
la segunda Tetrarquía estaba
servida, las tropas de Britannia aclamaron como Augusto a su hijo
Constantino, quien pasó a controlar las provincias de Hispania,
Britannia y Gallia.
Ese mismo año, Majencio usurpó el poder en Africa e
Italia (aprovechando el descontento existente en Roma con Severo II) e
invitó de inmediato a su padre Maximiano Hércules a compartirlo. Así pues, acababa
el año 306 con cuatro emperadores en Occidente: Severo II, Maximiano, Majencio y Constantino.
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Abandonado por sus tropas y muerto Severo II, en 307 Constantino se casó con
Fausta, una hija de Maximiano, quien lo reconoció como coemperador.
El emperador de Oriente Galerio se vio así enfrentado a una alianza entre
Constantino, Maximiano y su hijo Majencio, pero la alianza era frágil y
las luchas entre los socios occidentales no se harían esperar.
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En la primavera de 310, Maximiano sublevó a las tropas de Constantino y se
proclamó Augusto por tercera vez, Constantino restableció el orden y el
viejo emperador se rindió siéndole perdonada la vida. El contumaz
Maximiano volvió a conspirar contra su yerno valiéndose de su hija Fausta,
pero ésta, más fiel a su esposo que a su padre, le delató
y esta vez no sería perdonado. Maximiano fue condenado a muerte en
julio de 310.
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El enfrentamiento entre los dos Augustos de Occidente supervivientes (Constantino y
Majencio) no tardaría en producirse.
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Territorios del usurpador Majencio
(306), conquistados por Constantino en 312. |
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Como hemos visto, en 306 Majencio
usurpó el poder en Africa e Italia e invitó a su padre Maximiano a compartirlo. Muerto Maximianio (310) y habiéndose enemistado con
Constantino (su anterior aliado contra Galerio) la suerte de Majencio
estaba echada, el propio Senado instó a Constantino para que desde la
Gallia reconquistara Italia. En su avance, Constantino derrotó en Verona a Pompeyano,
el más experto de los generales de Majencio y en las inmediaciones de
Roma, en octubre del año 312, logró el definitivo triunfo sobre las
fuerzas comandadas por el propio Majencio, quien parece ser que puesto a
la fuga, se ahogó en el río Tíber al intentar atravesarlo por el puente Milvio, pues el puente se desplomó por soportar el peso de tantos hombres.
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La batalla del puente Milvio ha
pasado a la historia como un hito decisivo que marca el declive del culto
pagano y el auge del cristianismo como religión oficial. Conocemos los
hechos gracias
a la siguiente narración de Eusebio:
"En vísperas de la batalla, Constantino invocó la
ayuda del Dios de los cristianos y tuvo un sueño durante el cual se le
apareció una cruz resplandeciente con estas palabras: "In hoc signo victor
eris" (con este signo vencerás). Luego mandó colocar en las enseñas de su
ejército el anagrama formado por las dos primeras letras griegas (Chi y Rho) del nombre de Cristo..."
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Leyenda o no, lo que está claro es que muerto Majencio,
Constantino quedó como dueño absoluto de Occidente y que el Edicto de
Milán promulgado conjuntamente por Constantino y Licinio al año siguiente
(313), en acción de gracias por ganar dicha batalla, supuso el
reconocimiento del cristianismo.
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Territorios de Licinio desde 308,
conquistados por Constantino en 316-317. |
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Investido como Augusto en noviembre de 308, Licinio se encargó del
gobierno de Illyria, Pannonia y Raetia, en el centro del
Imperio, pero nunca intentó seriamente recuperar Italia ni Africa, prefirió
aliarse con Constantino casándose con su hermana Constancia y que fuera él, desde la
Gallia, quien acabara con
el usurpador Majencio, mientras él ponía sus ojos
en los territorios de Oriente que estaban gobernados por Maximino II.
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Sin enemigos comunes, conquistada Italia
por Constantino y muerto Majencio, la guerra civil no tardó en estallar
entre los dos aliados. Ya en 314 se produjo una ruptura abierta
entre Licinio y Constantino y en 316 fueron libradas dos batallas (Cibalae
y Campus Ardiensis), si bien el resultado no fue
decisivo ya que Licinio continuó como Augusto, aunque tuvo que ceder todas sus
provincias europeas a excepción de Thracia.
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En marzo del año 317 fue firmada una tregua por la
posible intervención de Constancia, entonces Licinio designó a su hijo
Licinio II como César, mientras Constantino hacía lo
propio con sus hijos mayores (Crispo y Constantino II).
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Territorios de Licinio desde
311, conquistados por Constantino en 324. |
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Al morir Galerio (311) Licinio y Maximino II
se reunieron en el estrecho del Bósforo para repartirse los territorios orientales entre ambos, Thracia le
correspondió a Licinio y el resto de provincias a Maximino II. Pronto las hostilidades
se desataron entre ellos y tras varias escaramuzas el enfrentamiento fue total, Maximino II invadió
Tracia (313) pero las tropas de Licinio resultaron victoriosas.
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En 323 Constantino violó las fronteras orientales para aplastar una invasión de
sármatas y alamanes, dando el motivo deseado a Licinio (descontento con
las abusivas condiciones del tratado de paz anterior) para una nueva y
definitiva Guerra Civil.
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En 324 Constantino avanzó hacia el este
y sus ejércitos se enfrentaron a
los de Licinio en Adrianopolis, al oeste de Bizantium. Licinio asoció al
mando a su general Marco Martiniano y le nombró Augusto con el propósito
de reemplazar a Constantino, pero en Chrysopolis ambos fueron
definitivamente derrotados y huyeron a Bizantium en donde cayeron presos,
siendo Martiniano ejecutado y el emperador enviado a Thessalonica y puesto
bajo arresto.
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Nuevamente los hombres de Constantino
habían resultado vencedores, con lo que todos los
territorios de Licinio quedaron bajo su control.
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Provincias controladas
por Maximino
II desde 311, conquistadas por Licinio en 313 y que finalmente pasaron a
manos de Constantino en 324. |
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Como hemos visto, Maximino II y Licinio
se repartieron en 311 los territorios de Galerio y Maximino II se llevó
la mejor parte al controlar todos los territorios orientales. Pronto las hostilidades entre ellos se desataron y
finalmente las tropas de Licinio resultaron victoriosas desde Byzantium a Tarsus, con lo que Maximino II perdió
todos sus territorios en el verano de 313.
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Tras la guerra contra Constantino de 324, Licinio perdió todos sus
territorios pero logró salvar su vida, seguramente por
intercesión de su esposa Constancia (que era hermana de Constantino).
Sin embargo
Licinio parece que empezó a intrigar de nuevo, Constantino no
le perdonó esta vez y en la primavera de 325 le mandó ajusticiar.
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En el año 324 Constantino I Magno se
convierte en el único emperador romano. El Imperio está unificado y el sistema colegiado de gobierno entre cuatro establecido durante las Tetrarquías,
queda totalmente superado. |
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Constantino realizó un esfuerzo similar al de Diocleciano para asegurarse
de que su autoridad no sería discutida. Como éste, adoptó la pompa y la
magnificencia propias de las monarquías orientales, en particular la
diadema como símbolo del poder. Además decidió construir una nueva capital
para el Imperio, una capital grandiosa que marcara el resurgimiento romano e hiciera su poder incuestionable. La antigua
Bizantium fue elegida por Constantino para ser convertida en una gran urbe y en 326
colocó la piedra fundacional de la ciudad que llevaría su nombre: Constantinopolis.
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El Imperio unificado duró poco, a la muerte de Constantino (337) se lo
repartirían sus hijos (ver mapa 2) y aunque la dinastía Constantiniana
perviviría algunas décadas, en 363 el Imperio pasó a manos de
un militar de prestigio llamado Joviano. De nuevo el ejército tomaba el poder. |
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